Beato Federico Jansoone de Montreal

Etimológicamente significa “muy pacífico”. Viene de la lengua alemana. Nació en Ghyvelde, , en el Norte de Francia, el 19 de noviembre de 1838. Como era muy inteligente, realizó sus estudios de una forma brillante ante los ojos de sus compañeros y sus profesores. Sintiendo la llamada al sacerdocio, ingresó en el seminario en 1855, pero tuvo que abandonarlo para ayudar a su familia. En 1861 pudo volver al seminario.

Cuando tuvo la edad adecuada pidió entrar en el noviciado de la Orden franciscana que estaban en aquel tiempo en Amiens. En 1864 entró en el noviciado e hizo su profesión solemne cuatro años después. En 1870 fue ordenado sacerdote y enviado a la guerra como capellán militar en su primer destino como apóstol del Evangelio.
Tenía valentía y arrojo para las cosas de Dios. Por eso no dudó lo más mínimo en fundar un convento franciscano en Burdeos.
Los destinos variados harían de él una persona obediente a la orden de sus superiores. Deseaba quedarse en Burdeos para la prosperidad de su convento.
Sin embargo la obediencia lo destinó a París para que se ocupara de los asuntos de Tierra santa que entonces estaba cerda de la estación del metro de Montparnasse.
Aquí estuvo poco más de un año entregado a la Custodia de los Santos Lugares, alternado su trabajo con el de la Biblioteca Nacional.
Su intención no era otra que la de escribir la historia de las misiones franciscanas con su compañero y amigo historiador Marcelino Civezza.
Se dice que cada día celebraba la Eucaristía con una devoción impresionante. Llamaba la atención de todo el mundo.
Tenía la preciosa comunicación de saber transmitir lo que estaba sintiendo a los que le rodeaban.
Sus trabajos e investigaciones sobre los santos y franciscanos misioneros no era una simple investigación histórica, sino más bien, un encuentro de con los discípulos de Cristo.

En 1871 partió hacia Palestina, donde desempeñó el cargo de Vicario de la Custodia Franciscana en Jerusalén. Se distinguió por ser un diplomático muy hábil y por su ministerio de predicación.

En 1888 fue enviado a Canadá para preparar el regreso de los Franciscanos, ausentes desde hacía 40 años. Promovió, apoyado en la nueva regla que León XIII había promulgado en 1883, la Tercera Orden Franciscana. En 1890, cuando los Hermanos Menores volvieron a Canadá, encontraron más de 12.000 terciarios. Murió en Montreal el 4 de agosto de 1916. Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988.

Conmemoración, el 4 de agosto.

No hay comentarios: